Cuando alguien muere es el final, su pasado, su futuro, todos
los sueños que llegó a tener, desaparecen junto con esa persona, así son la
cosas (y me la tengo que tragar ya más de un año…) aunque muera de forma
honorable, todo lo que le ancla a la vida es desconectado menos algo, la gente
que la quiso, padres, hermanos, amigos, amantes.
La gente que fue importante para ella y esas personas están
unidas en un gran círculo gracias a los recuerdos de ella, un círculo de
amistad, confianza y sacrificio.
Es difícil de
explicar aquí estamos juntos no tenemos opción, tu muerte no fue en vano nos
dejas algo invaluable.
Me pregunte muchas veces, ¿Por qué alguien tan bueno tuvo
que morir? Es un acto noble morir en el acto del deber, siguiendo lo que Dios propuso
para ti y tú sin titubear (creo), lo tomaste, así llegó la recompensa…
Si lloro, no es porque este triste o en un acto de egoísmo,
diga que “ya no estás conmigo” eso es egoísmo y tampoco por tu persona que tal vez pudo haber hecho cosas
mas de ti, de tu esencia tan pura. Es de alegría.
Tu voluntad cada vez es más fuerte, la chispa crea un
fuego dentro de las personas que te amamos y si nos desviamos en el camino, ese
fuego está allí ardiendo, cada día más
intenso, dando, calor, seguridad, amor… Siempre… Tuyo… Martin Cardona