viernes, 5 de agosto de 2011

La piedra y mi boca


En una tarde de verano donde el sol se entre esconde en el horizonte,  el clima perfecto, los pajarillos cantando, se dejaba sentir el aire, en aquellas calles me encontraba caminando con una leve sonrisa de tranquila paz, sin nada que perder sin nada de que preocuparme, la escuela perfecta, los amigos controlados, el trabajo (practicas) sereno, los astros se estaban alineando para un encuentro que siempre desee pero jamás espere, se presento justo en ese momento.

En aquella tranquila y pacifica calle vivía mi única gran amiga, aquella en la cual no se ve como una prospecta para tener sexo o alguien de gran amor como pareja, amiga eso solo eso, ella tenia una hermana muy bonita, extremadamente bonita, el pedo es que cuando la conocí, ella iba en la primaria por eso no le preste atención, pero el tiempo paso o si bendito tiempo, aquella niña se convirtió en una adolescente y yo en un puberto que solo deseaba a una sola mujer, a lo que yo le llame la “mujer perfecta” (físicamente)

Aquella mujer era de ojos grandes, pestañas grandes y chinas, pelo ondulado, excelente cuerpo (perfecto para mí).

En esa ocasión ella estaba sentada leyendo un libro, afuera de su casa yo iba pasando con mi leve sonrisa de paz y tranquilidad (sonrisa de cabron) cuando se escucha un llamado a lo lejos – ¡Monito adiós!- Si es vergonzoso pero así me decían en la secundaria, al menos ella, su hermana y otras más, “El monito” y todo porque una vez me pinte el pelo de rojo pero como lo tenia largo y ondulado me decían “el monito de alambre” y así se me quedo, pero bueeeno esa es otra historia, total que después de saludarme yo le respondí pero no me detuve tenia que ir a la papelería, pero ya de regreso me quede un ratotototote platicando con ella, lo único que pensaba era “que bonita” y por lo tanto no recuerdo de que platicamos.

En otra ocasión fui a la casa de mi gran amiga y obvio a la chica de mis “sueños”  pero en esa ocasión si iba a buscar a mi amiga necesitaba que me prestara su computadora para un trabajo pero no, no estaba, solo la chica de mis sueños, ella insistía en que pasara a su casa, pero no accedí pues no había nadie (insisto era un mancebo y no un núbil), mejor decidí esperarla afuera, ella me acompaño, los dos sentados en la banqueta, horas y horas, de pronto ya era de noche, me tuve que ir y su hermana ni su pinches luces llego mi suegra que diga su madre y la pinche de mi amiga nada, ¡total! Me largue, pero no estaba enojado ni nada, normalmente no platico tanto tiempo con alguien pero que raro y que bien me sentí en esos momentos.

Se fueron suscitando otros momentos no planeados en el cual ella y yo convivíamos, un día volví  ir a su casa para invitarla a salir ese día mi amiga abrió la puerta, nos quedamos viendo, no sabia como decirle “esta tu hermana”  ella dijo –¿Que pedo?- de pronto atrás sale su hermana, “Uff”, pensé, le dije a mi amiga –Vengo con ella- bien tímido y sonrojado, ella salio, nos saludamos nos vimos y muy extrañados nos sentimos, después de a ver platicado varias veces no hallaba palabras, pero tome valor y la invite a salir ella contesto que no sabia bien, que tenia que checarlo y para no hacerlo muy largo su madre le dio permiso y nos largamos a cotorrear, mi primera cita!!!!!! Todo fue como en las películas, todo perfecto, en ese momento llegue a creer que un Dios existía, que las hadas madrinas andaban por hay tomando un té, que México podría ser campeón de mundo.

Bueeeee… se supone que iba a escribir de la vez que me rompí el hocico con un pedazo de ladrillo emulando la película de “Tizoc” donde dice “Le rompo el hocico al indio que te hizo llorar” ella me dijo –Bueno ¿que estas loco?, ya monito no te pegues- No se en que diablos estaba pensando, y no recuerdo por que ella estaba llorando, creo que le pregunte algo y se puso a llorar… si en esos entonces, era un adolescente estupido, ahora ya no lo soy, ahora soy un joven…Y si México puede ser campeón, un poder superior parecido a mi existe…y las hadas madrinas andan por hay de zorras…¡He dicho!

1 comentario:

María dijo...

Sopórtame un momento, aunque no sepa lo que escribo
Tú rápido y retorcido riachuelo, ríes y bailas, y tus pasos cantan en tu triscar
... yo te miro oscuramente
Ciao.