Regañando a mi hermana

¡¡Vergas!!

El otro día en mi mansión, andaba cavilando, bien tranquilo viendo la televisión, aun lado mío mi hermana, mandando mensajes y hablando en voz alta, hasta que me arto, y que la empiezo a regañar...

¡Hasta la madre!

“Bueno chingao ya suelta ese pinche teléfono, todo el puto día con el, nomás gastando dinero a lo puro pendejo, no te digo, ¡heee!, a ver cuantas veces te he dicho que si alguien quiere hablarte, que te llame, que se le gaste su crédito, tu no tienes por que estar contestando mensajes, cotízate...”

En la casa el “sabelotodo” según ellos soy yo, pero ni se ni madres, a veces, que me hacen preguntas fáciles, como comportamientos, el por que alguien es “así” y mamadas de esas, pero volviendo al regaño...

“Tu estas bonita, no tienes por que esta allí como mensa, (ella callada viéndome) has que el cabron batalle, que sufra, ¡se una cabrona!, con el tiempo vas a ver, que se va ir alejando y te vas a dar cuenta de que no valía la pena....”

Para esto mi hermana me interrumpe –Ósea, ¿que me hago la importante?-  a lo que respondí- No te vas a ser la “importante”, ¡tú ya eres importante!- y seguí con el regaño.

“Debes de darte cuenta,  que debes de darte tu lugar, como esta eso de que ese cabron te diga o te reclame “¿por que no me contestaste?” pinche igualado, mandalo a la verga, dile que tuviste cosas mas importantes que hacer, como, “tuviste que lavarte los dientes y se te olvido”, o simplemente “te dormiste”, escucha esto, entre mas “mal” trates a alguien, mas rápido vas a saber sus malas intenciones, y por alguna extraña razón va estar atrás de ti regalándote cosas, recargas gratis, sabes ¿por qué? Por que es un ¡pendejo!”

Y ese fue el regaño...

¿Entendido?